Hace 2 años | Por Arariel a revistavanityfair.es
Publicado hace 2 años por Arariel a revistavanityfair.es

Si el rey Alfonso XIII no fue el primero en unirse a la fiebre erótica de principios del siglo XX, le faltó poco. Corría la edad dorada de la sicalipsis –“malicia sexual” o “picardía erótica” a decir de la Real Academia Española– cuando el monarca disfrutaba con frecuencia del arte de bailarinas y cancionistas. Tal era su afición por los contornos de lo sicalíptico que incluso llegó a encargar películas pornográficas a la medida de su real deseo.

Comentarios

Arariel