Imagina saltar de un avión y no sentir nada. Ni adrenalina ni latidos cardíacos acelerados. Esa es la realidad de Jordy Cernik, un británico al que le extirparon las glándulas suprarrenales para reducir la ansiedad causada por el síndrome de Cushing, una enfermedad rara que se produce cuando las glándulas suprarrenales producen demasiado cortisol, la hormona del estrés.