Mediante una real cédula de 1587, conservada en el Archivo Histórico Nacional, el rey Felipe II ordenó al obispo de Filipinas que dejase de cortar el pelo a los sangleyes que se establecían en las islas después de pedir bautismo y catequizarse porque luego, cuando visitaban sus hogares en China, eran objeto de persecución y algunos hasta acababan en el cadalso, corriéndose el peligro de que ese grupo terminase por renunciar al cristianismo.
|
etiquetas: chinos , felipe ii , pelo , filipinas