Usagi Yojimbo, el mejor comic de samurais no viene de Japon

Hoy podemos leer sobre la muerte de Tatsuya Nakadai, el actor principal de Yojimbo y Harakiri . Su fallecimiento me ha dado morriña de los cómics de samuráis. Así que vengo a recomendaros el que, a mi modo de ver, es el mejor de todos ellos.

Hay muchos cómics sobre samuráis. Si tuviera que escoger tres, me quedaría con Lobo solitario y su cachorro de Kazuo Koike y Goseki Kojima, Vagabond de Takehiko Inoue, y Usagi Yojimbo de Stan Sakai. El primero es una epopeya brutal sobre la venganza y la paternidad; el segundo, una reflexión artística sobre la perfección y el fracaso. Pero de los tres, el que más me ha acompañado con los años es Usagi Yojimbo.

Stan Sakai es un dibujante estadounidense de ascendencia japonesa. Trabajó un tiempo con el español Sergio Aragonés en Groo the Wanderer, y desde entonces se ha dedicado casi en exclusiva a Usagi Yojimbo: más de cuarenta años entregado a un solo personaje. En una industria donde las modas cambian cada pocos años, esa constancia es casi un acto de disciplina samurái.

Usagi Yojimbo es un cómic de samuráis, pero con animales antropomorfos. Ese detalle no le resta ni un ápice de realismo: es, probablemente, el mejor cómic para entender cómo era la sociedad japonesa durante el periodo Edo. En sus páginas se aprende historia, costumbres, cómo se fabrica una espada, cómo se elabora el sake, la tradición de la soja o el arte de servir el té. La escena de la ceremonia del té de la serie Shōgun está directamente inspirada en una que protagonizan Usagi y Tomoe.

La historia es sencilla. El señor al que sirve Usagi es engañado por lord Hikiji y derrotado en batalla. Su clan es destruido y los samuráis supervivientes se convierten en rōnin, guerreros sin amo. Usagi recorre los caminos de Japón, vendiéndose como guardaespaldas e intentando perfeccionarse en el arte de la espada, siempre fiel a un código de honor.

Las tramas varían, desde intrigas contra el shogunato, luchas entre clanes ninja, historias detectivescas, enemigos sobrenaturales al puro costumbrismo.

La belleza de este cómic está en su simplicidad. Sus historias cortas, muchas de una sola página, permiten entrar en cualquier tomo sin necesidad de leer los anteriores. Sakai es un maestro de la narración breve: cada historia tiene presentación, nudo y desenlace, y casi siempre una enseñanza moral. Esto no es Marvel ni un seinen clásico. Es un cómic con alma, que ha ganado varios Premios Eisner y que, después de cuarenta años, sigue siendo tan fresco como el primer día.

Si nunca habéis leído Usagi Yojimbo, hacedlo. No solo descubriréis uno de los grandes personajes del cómic moderno, sino también una lección de vida sobre el honor, la perseverancia y la belleza de las cosas bien hechas