En Japón, Alalink, aplicación de bajo coste para personas con dificultades económicas, hizo en mayo una encuesta de conciencia a beneficiarios de ayuda pública de subsistencia que usan su servicio Daredemo sumaho (smartphones para todos); respondieron 552 personas. El 60,7 % dijo “Me siento culpable, pero no tiene remedio” al recibirla. Un 12,1 % dijo sentir “vergüenza”, y sólo 21,4 % que era “un derecho natural”. El 67,2 % había abandonado la idea de “comer lo suficiente” por dificultades económicas, y 46,9 % a “contratar y mantener un móvil”.