Con 480 estudios listados en 2015, el sector del videojuego español tiene un problema: le cuesta ganar la tracción necesaria para convertirse en la industria del ocio que ya es en otros países. Pero varias medidas están en marcha para que en este 2017 se pongan las primeras piedras que permitan crecer al sector. Diversas proposiciones no de ley se negocian ya en Madrid, Cataluña y otras comunidades autónomas mientras se espera que el gobierno central de luz verde a una reforma del impuesto de sociedades.
Comentarios
hay que echar una mano a las empresas de los peperos amiguitos del alma, al resto ni agua.