Una vez terminado el desarrollo de Chrono Trigger, Square ya pudo centrar sus esfuerzos en Final Fantasy VII. Empezaron a crear planes sobre la historia, pero sobre todo comenzaron a averiguar el límite de las nuevas consolas. Los cartuchos de Nintendo 64 no eran capaces de contener la visión de Sakaguchi y los CD-ROM que utilizaba PlayStation suponían una buena alternativa, pues era mucho más barato meter el juego en cuatro discos que en cuatro cartuchos.