Una mañana reciente, llamé a la puerta de una bonita casa de dos pisos en Redwood City, California. En cuestión de segundos, abrió la puerta un robot sin rostro vestido con un mono beige que se ajustaba a su ceñida cintura y a sus largas piernas. Este esbelto humanoide me saludó con un acento que parecía escandinavo y le ofrecí la mano. Cuando nuestras palmas se encontraron, dijo: “Tengo un apretón firme”.
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etiquetas: robots , futuro , tecnología , eeuu
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Quien no quisiera tener un bicho asi en casa ?
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