La era de los creadores de carne y hueso podría estar llegando a su fin. Los próximos ídolos de internet no serán personas, sino algoritmos diseñados para emocionar, vender y seducir con precisión matemática. Durante años, las redes sociales se han llenado de rostros perfectos, vidas editadas y carisma en serie. Los influencers del futuro serán simulaciones digitales tan convincentes que parecerán reales… aunque no lo sean. Ya existen ejemplos de ese futuro, con millones de seguidores, promocionan marcas y crean campañas publicitarias.