La empresa, fundada en 1969 y con 660 establecimientos de cocina traditional country, sustituyó su emblemático logo que mostraba al "Tío Herschel" (pariente del fundador) por un hexágono amarillo minimalista con el nombre de la marca. Cuentas conservadoras en redes sociales tacharon el nuevo diseño de "estéril y sin alma". El congresista republicano Byron Donalds afirmó que "nadie pidió esta remodelación woke" y exigió devolver la grandeza a la marca. El caso ilustra la sensibilidad política de la clientela tradicional de estados republicanos.