La preciosa gatita se llama Ralphee y su amigo canino, que no le quita ojo de encima, Max. Ralphee tiene un problema neurológico que le resta control sobre sus movimientos y le provoca una curiosa oscilación de la cabeza. Por suerte, no es degenerativo, no irá a más, y puede vivir, con el humano adecuado, tanto como cualquier otro gato.
Cuando encontraron a Rosie estaba agonizando, pero Lilo, esta hembra de husky siberiano, la adoptó como si fuera propia. La química entre la cría que entonces tenía tres semanas y su madre adoptiva fue inmediata. Al cabo de siete días Rosie estaba irreconocible.
(...) Se recortó el pelo a todos los perros al estilo japonés, que no sigue los patrones estándares por razas que solemos ver. Más bien pone énfasis en que el perro tenga un aspecto tan adorable como sea posible, resaltando las características únicas del perro. (...)
Es difícil creer que estos colibríes hiperactivos puedan estar quietos, pero por las noches las flores se cierran por lo que para sobrevivir, entran en un estado llamado letargo en el que la frecuencia cardíaca y la tasa metabólica disminuyen, permitiendo al animal conservar más energía. La desventaja es que es mucho más difícil despertar a un animal del letargo, pero el colibrí tiene una técnica especial: realiza respiraciones profundas para tomar más oxígeno que producen un pequeño y adorable ronquido.
No me digas que no es un pedazo de Cosplay de rick and morty, y ademas con tu amigo del alma para que disfrute también de una buena jornada de frikis y diversión.
Su dueña, Lisa Brown, de Herefordshire, Reino Unido, nos comenta:
“Yo estaba en el campo, una mañana temprano, y Jimmy (el caballo) se recostó para tomar una siesta, algo que hace a menudo. Tomé mi taza de café y fui a sentarse con él. Comencé a acariciarlo y comenzó a inclinarse sobre mí…”
Los científicos del E/V Nautilus soltaron un comprensible oooooohh al unísono cuando se encontraron con este calamar de ojos saltones a 900 metros de profundidad cerca de la costa de California. “Parece de juguete, como si a un niño se le hubiera caído su peluche”.