El talento de don Fagiolo para engatusar al pueblo llano y enamorar la viciosa nobleza contrastaba con su incapacidad política. La gran mayoría de senadores estaban dispuestos a averiguar que escondía el barco pero no pensaban regalárselo al gremio y mucho menos bajo sus ridículas excusas.
La academia revelaba las mentiras de Don Fagiolo una a una cuando este intentaba probar ser el dueño de la mercancía del buque. Cada nueva excusa del señor del polvo, solo crispaba más a los presentes. El clero que había empezado respaldándolo al comienzo, terminó por llamar a confiscar al gremio dorado y desde donde estaban los profesores del fuego se le arrojaron frascos químicos.
La escena, de dantesca era hasta risible, pero todo tiene un final y la votación llegó a su fin. El barco seria requisado, por interés general de la ciudad.
Los líderes de la Legión y la Academia acompañados por el Clero y un furibundo Fagiolo, encabezaron la comitiva que debía requisar el barco heresiarca. En la entrada al puerto fueron detenidos por la docena de legionarios imperiales que en el habían venido. Desenvainaron sus armas dispuestos a impedir el acceso aun en desventaja frente a las juezas y soldados.
-Tranquilos hijos míos, ya no es necesario, es hora de marchar, esta ciudad ya ha escrito su destino.
Y cuando la última palabra se desvaneció, los doce legionarios cayeron al suelo como marionetas sin cuerdas. No volvieron a levantarse.
Perplejos pero ahora aun más decididos a averiguar qué diablos estaba pasando, la comitiva llegó a su destino. El barco por fuera dejaba pocas dudas de ser de la nobleza heresiarca y por dentro no las desmentía. Pero los lujos y parafernalia no justificaban lo que hoy se había presenciado. La muchedumbre que encontraron dentro quizás sí. Sus ropas y acentos dejaban claro que eran nativos de Exaloc y al ser interrogados por Altaria revelaron ser sanadores y profesores de la Facultad del fuego que habían venido invitados por la anciana. No supieron decir exactamente con qué finalidad pero sí nos guiaron al ataúd.
Estaba cubierto de joyas y lingotes de oro acariciados por las mejores pieles imperiales. Para abrir el cofre era necesario retirar una espada centenaria cuya ornamentación revelaba ser propia del mayor rango imperial que una persona podía alcanzar.
Hijo del Emperador y Rey de reyes, Aldebarán yacía dentro.
Comentarios
#1
#11 Habrá que interrogarla, cuando acomodemos a toda ésta gente.
Yo ofrecezco los aposentos de la Academia.
Son "invitados" formalmente, por supuesto.
PD. Perdón dedazo.
#7 No seas ridículo, no soy un necio materialista, pero esta tablilla tiene unos curiosos grabados, una pena que con tanto diamante y esmeralda no se pueda leer bien.
*Se la guarda en el bolsillo interior de la túnica.
Es hora de tirar al señor de los pingüinos por la muralla.
Todo esto es culpa suya, seguro.
#8 No creo que supiese nada, es cosa de la
viejaanciana de ahí.¿En serio estáis saqueando el sacofago del príncipe Aldebarán?
*mando a la guardia a sacar el sarcófago y depositarlo en el cuartel General de la Academia hasta que se lleve a cabo la investigación pertinente.
¿Alguien se opone a que me lleve a su alteza?
*se limpia las uñas con un puñal. Y me guardo la espada centenaria . Por si las moscas. Que al igual se "pierde"
#10 Tened más diligencia con su alteza que llevando los asuntos de la ciudad.
Si no le molesta, me llevo esta tablilla para traducirla. Cuente los diamantes que tiene, so desconfiada.
PD. Tremenda hostia me ha dado usted sin merecerlo, pero la disculpo.
#13 Bueno como no parece oponerse y se queda ahí con un tic en el ojo echando espuma por la boca y chirriando los dientes, ya cojo yo la espada y la echo al carruaje ¿eh?
Enga tiesos, a seguir bien. Coge la espada y la echa en el remolque oxidado con una luz fundida entre unas mondas de naranjas y un puñado de joyas de colorines.
#15 Es usted un genio.
#10 Sugiero darle un entierro digno dentro de nuestras posibilidades, pero le recuerdo que este botín me pertenece. Me conformo con el barco y la espada. Y lo que me quepa en los bolsillos.
#14 Como decían en mi pueblo, el muerto al hoyo y el vivo al bollo.
¿Cuánto pide por alquilarme un barco? Creo que retomaré mis estudios en el norte.
#17 50 piezas de oro normalmente, 100 para usted. Es broma, jamás le alquilaría un buque
#17 #18
#19 Qué fresquito hace esta noche, senadora.
Estaba dando un paseo con el loco.
Esto es mi oro y mis joyas y mi cofre, que lo pinté yo de dorado y tal, todo mío *cogiendo cosas con ansia, tirando cosas para coger más*, Frijolitos, requisadlo.
*Como una docena de pingüinos que están detrás mía pasan olímpicamente y hacen cosas de pingüino, como cagar o rascarse el pecho con el pico.*
Que semana... Coño, tú eres el jefe, ¿qué haces aquí con
misnuestras cosas, oh, amado líder?#3 Heder muy fuerte
#3 El líder está un poco...tieso. ¿Quién se lo habrá cargado?
#6 Cadda y tdinca. ("Calla y trinca" con la boca llena de monedas de oro).