Amenazaron y cumplieron. Ryanair se ha marchado o ha reducido sus operaciones en siete ciudades españolas, dejando semivacíos algunos aeropuertos de nuestro país o, directamente, eliminando más de la mitad de las rutas que salían desde ellos. Ahora, consumada la salida y sin una compañía que ocupe el agujero dejado por la low cost irlandesa, ya conocemos el impacto. Me marcho. Lo anunciaron en enero de este mismo año. Ryanair hacía las maletas y se buscaba rutas, a su juicio, más rentables que las españolas. En total, 800.000 plazas menos este
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