
A colación de esta noticia: www.elespanol.com/el-cultural/letras/20251014/finalistas-premio-planet
Siete han sido los miembros del jurado y 1320 los manuscritos presentados para esta edición, record absoluto.
Esto significa que han tenido que leer 3,61 libros al día para poder leerlos todos lo que equivale a 4,43 horas para poder leer un libro si les damos 16 horas de lectura y 8 horas libres al día para poder dormir, comer, ir al baño, ducharse, sacar al perro, llevar los niños al colegio, cepillarse los dientes y ver Antena 3.
Si, en cambio, lo que han hecho ha sido repartirse el número de libros, entonces cada miembro del jurado ha debido leer 188,57 libros lo que equivale a 0,51 libros al día, algo mucho más asequible. Esto significa que han tenido unas 31,37 horas para poder leer cada libro, a razón de 16 horas de lectura al día.
Como he leído del orden de veinte artículos al respecto, uno al trimestre, por lo menos, y como el márketing indica que hay que decir que lo que tú opinas es lo verdadero, porque si no, a ver por qué te van a leer a ti en lugar de a los veinte anteriores, voy a poner mi granito de arena, o mi boñiga, en este muladar de subjetivismo.
La verdaderas razones del declive de Menéame son muchas, muchísimas, pero creo que hay cuatro principales:
-Que se fundó hace muchísimos años, una puta eternidad para lo que son los ciclos de producto de este ecosistema. El solo hecho de que esté en declive y no muerto, enterrado y convertido en silicato informático, ya es bastante para felicitarse cien veces. ¿Cuántas comunidades existen de una edad parecida? ¿Dónde están las demás? En el museo arqueológico, joder. En distintas necrópolis. En diversos cenotafios. Así que estar vivos, o malviviendo en un geriátrico, ya es bastante razón para felicitarse. ¡Enhorbuena!
-Los usuarios somos unos carcas. Sí, viejos, viejales, vetustos y viejunos. ¿Cómo coño no va a decaer una comunidad donde hay más salidas por defunción que entradas por interés? Seguramente exagero, vale, pero a fuerza de hablar con gente, la media debe de estar por cuarenta y ocho o cincuenta años. Ricardo Galli cumple mañana sesenta tacos, joder. (Felicidades, padre). Y mejor no le preguntamos a Benjamí cuantos tiene, porque no andará muy lejos, ya que la gente se junta muchas veces por rango de edad. Andamos todos por ahí, así que sí, oye: la comunidad está en declive porque nosotros estamos en declive. Sorpresazo, ¿eh?. Y las cosas de las que hablamos, los temas que nos interesan, el modo de abordar esos temas y los argumentos y hasta el vocabulario que utilizamos, son de nuestra generación. Viejunos. Carrozas. Apolillados. Hay sinónimos de sobra.
-Aquí se lee. En un ecosistema informativo donde primero se le dio prioridad a la imagen y luego al vídeo, resulta que estamos en una comunidad donde la comunicación es por escrito. No tenemos nada que ver con las tendencias actuales, y si de veras el medio es el mensaje, resulta que nuestro medio, la palabra escrita, está medio caducado y genera distintos grados de rechazo entre los más jóvenes. No puede dar más o menos por el culo, pero es así. La gente quiere mirar un vídeo, a ser posible de dos minutos, darle a un botón para reaccionar, que le caigan unos cacahuetes de dopamina, y seguir al siguiente estímulo. Aquí hay noticias con doscientos cincuenta comentarios. No me jodas.
-Aquí se escribe. Y eso es todavía peor, dios mío. Aquí se le dan hostias hasta en el cielo de la boca al que no sabe escribir correctamente, pone abreviaturas, o mete una falta de ortografía. Aquí hay que saber estructurar tus ideas y expresarlas por escrito, de manera que no venga el cabrón de turno a darle tres vueltas de torno a tu gramática o a tus huevos, según le dé. Eso es algo que detesta buena parte de la gente que podría unirse a la comunidad y que no se queda después de registrarse, porque en cuanto hace el esfuerzo de juntar tres líneas se siente medio subnormal ante las risas de los que le han leído. No es elitismo, sino simple realidad: a muchísima gente por debajo de los cuarenta le cuesta expresarse por escrito, ya sea porque utiliza el móvil, con su mierdoso teclado, o porque no tiene ese hábito.
Así que sí: somos una especie de tabernáculo monástico, y estamos en declive. Porque somos viejos, porque hacemos cosas de viejos, porque estamos entre cuatro paredes viejas. Eso, justamente, es la definición de declive.
¿Pero quién quiere vivir para siempre? Yo no, os lo juro.
Leía el otro día que Trump anuncia despidos masivos «orientados a los demócratas» por el cierre de Gobierno. Sin embargo, un meneante señalaba algo así como «tranquilos, que el voto es secreto». Inmediatamente, pensé en lo fácil que sería adivinar a quién vota cada cual. Posteriormente, leyendo el último libro de José Antonio Marina, encontré el párrafo que copio a continuación:
Kosinski y colaboradores (2013) afirman que con un promedio de 68 likes en Facebook se puede predecir la ideología de una persona (85 por ciento de precisión), su orientación sexual (88 por ciento), su color de piel (95 por ciento), etcétera. Con 300 likes puede predecir su comportamiento mejor que su pareja.
Kosinski, M. et al. (2013). Private traits and attributes are predictable from digital records of human behavior. www.pnas.org/doi/10.1073/pnas.1218772110
¿De verdad creemos que el secreto del voto es garantía de algo si un gobierno desea represaliar a las personas de cierta ideología política? ¿De verdad somos tan ingenuos? Como siempre digo, los Derechos Humanos y la democracia van siempre en el mismo pack. Lo que nos salva de no ser castigados por nuestra ideología, si no coincide con la de nuestro tirano, es la defensa de ese sistema político, no cualquier subterfugio técnico. No lo olvidemos.
Cabe recordar también aquella historia sobre lo sucedido cuando los estadounidenses se retiraron de Afganistán y los datos biométricos cayeron en manos de los talibanes. Esto nos recuerda que esas empresas tecnológicas valoradas en miles de millones de dólares no lo son simplemente por los ingresos que generan, sino también por su potencial para proporcionar cierta información en el futuro si se considera necesario.
Los datos biométricos de los afganos, arma para la venganza talibana
Losantos publica hoy en El Mundo una columna de título "Ninguna rehén ha vuelto viva" donde se señala que ninguna mujer rehén de Hamas en Gaza ha salido con vida. Esto es un bulo que ha sido rotundamente desmentido: en el último intercambio no había mujeres porque estas fueron liberadas en intercambios anteriores.
Hoy en redes sociales el Núcleo Nacional de Vox se expone arrancando pancartas por Palestina en contra del genocidio en Gaza, demostrando estar a sueldo de Israel y que todas las políticas vienen del sionismo. Por eso enfrentan a españoles contra gente de latinoamérica, Gallardo hoy dijo que son los latinoamericanos los que suben el precio de la vivienda. Sus ataques a los árabes y musulmanes. El ataque a las feministas y el constante ataque a todo para la división de la gente que vive en España, que de esta manera vive enfrentada mientras ellos hacen dinero. Especulan con la vivienda, niegan el cambio climático provocando cientos de muertos como en Valencia para no molestar a sus negocios. El ejército sionista proisraelí ha comprado a los falsos patriotas para asesinar a los españoles.
Enlace al post : x.com/carlossseu/status/1979732734617534571
Como sabéis, se planteo usar la entropía (diversidad de fuentes) para limitar envíos. Concretamente se propuso:
Que el límite de envíos que puede hacer una persona (L) no sea fijo, sino que depende de su entropía (E). A más variedad, más margen tiene para enviar cosas.
La fórmula que se propuso es: L = 1 + (Lmax - 1) * E^y.
Y traducido a palabras: El número de envíos permitidos empieza en 1, y se va acercando al máximo (12) conforme aumenta la entropía del usuario, pero con una curva que crece más despacio al principio y más rápido al final.
En lugar de eso, que era buena idea pero que podía desincentivar la participación, he decidido meter un bonus en el cálculo del karma del envío en función de la entropía del usuario.
Este es el código:
Se trata de un refuerzo que premia a quien comparte desde fuentes variadas. Primero calcula la «entropía» del autor, midiendo cuántos envíos tiene y a cuántos dominios distintos apunta; así obtiene un valor entre 0 y 1: si siempre enlaza lo mismo, E≈0; si reparte mucho, E≈1. Con esa E aplica un multiplicador «suave» al karma: «factor = 1 + 0,15 · E^0,85», es decir, como máximo suma un 15 % y la subida crece de forma cóncava para no disparar el efecto de golpe. Además añade una regla opcional: si el autor tiene más de 20 envíos y E es al menos 0,30, el factor no baja de ×1,30 (un 30 % extra). Ese factor se traduce a puntos: «bonus = karma_actual · (factor − 1)». Para que no haya saltos bruscos, se limita el bonus a ±50 puntos y se ignoran cambios menores de 5 puntos, y se deja constancia en la anotación del enlace con la entropía, el factor aplicado y el karma antes y después.
Ahora mismo está en pruebas, podemos retocarlo como queramos manteniendo el espíritu de diversificar las fuentes.
menéame