No os podéis ni imaginar lo que me irrita tener que defender a James Comey. Siempre he argumentado (y he escrito un libro entero sobre ello) que las causas del trumpismo son múltiples y variadas, y que Trump es la consecuencia, no la causa, de un proceso degenerativo de la democracia americana. James Comey, no obstante, tiene la única, excepcional distinción de ser designado como el hombre, el individuo, que hizo que Trump llegara a la Casa Blanca.