El lunes llegará a su fin una tradición centenaria que permitía a canadienses y estadounidenses acceder libremente a la entrada principal de la Haskell Free Library and Opera House, a caballo entre Vermont y Quebec. Los canadienses solían recorrer los aproximadamente 18 metros de acera estadounidense con sus documentos de identidad, como el pasaporte o el carné de conducir, y entrar por la entrada principal de la biblioteca, situada en el lado de Vermont.
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