Yo no le tengo especial manía a los anglicismos pero sin duda hay algunos que se hacen odiar un poquito.
El del título, en concreto, suele surgir en el curso de debates o discusiones cuando se traen a colación ejemplos o elementos de contraste. Lo que en castellano vendría a ser un “y tú más”. Y la verdad es que, para ser justos, el tema tiene más enjundia de lo que a priori pueda parecer.
Es un poco parecido a las rotondas, no es tan mal en sí mismas, lo malo es cuando no se saben utilizar.
La idea principal es que, ante un acontecimiento cualquiera, traer otro a la discusión se considera falaz. Ése es el uso que se le da por más que la definición sea otra:
es.wikipedia.org/wiki/Whataboutism
Y eso puede ser cierto bajo unas circunstancias pero no bajo otras, por ejemplo:
"Las acciones negativas de unos no justifican las acciones negativas de otro.*"
Esta afirmación, que es casi digna de una taza de Mr Wonderful, tiene una segunda parte que no se suele recordar, si giramos la taza pone:
*Siempre que no exista un mecanismo causal.
Porque si estamos valorando un acontecimiento, no sólo razonable si no necesario abordar sus causas.
Y no es de recibo traer otros asuntos que no tienen nada que ver, siempre que no sea necesario para comparar.
Por odiosas que sean las comparaciones, al final las cosas tienen unos atributos en comparación con otras. Y es lo que hacemos cada vez que medimos.
Al final es un poco el salirse por peteneras de toda la vida, o por la tangente, los cerros de Úbeda... pero la verdad es que no es un tipo de falacia lógica como muchas de las que sí se suelen deslizar en muchas discusiones y reflejan en parte nuestra manera de pensar, con todos sus errores.
De hecho, de un tiempo a esta parte, suelo ver la expresión asociada a cierto tipo de posicionamientos ideológicos, es un poco el argumento del que no halla argumento, es la negación del debate, es el ejercicio del poder: no, no vamos a hablar de eso.
Y claro, en nuestras vidas diarias seguro que encontramos situaciones en las que desde luego “no hablamos de eso”, pero en un espacio de internet, muy mal dadas tendrían que ir para que ese no-argumento pudiera funcionar.
Porque si se nos niega la posibilidad de comparar, sólo queda asentir con la cabeza.
Y si se nos niega la posibilidad de abordar las causas, se nos niega la posibilidad de explicar y comprender.
No es exhaustivo, son la excepciones ineludibles que se me ocurren a botepronto a esa casi siempre falsa falacia que denuncia el whataboutism. Porque al final, muy al contrario de lo que proponía Gustavo bueno, que si todo está relacionado con todo nada lo está, lo que cabe apreciar son grados de relación. En ese todo relacionado con todo.
Cualquiera que ha oído hablar de los sistemas caóticos lo sabe, pero lo podemos exponer en plan místico-oriental: ¿Qué tendrá que ver el huracán con el aleteo de una mariposa? Pues a veces, más de lo que parece.
Y qué decir de la “relatividad”. Sin comparar las cosas es imposible asignar siquiera atributos. Y puede que en algunos casos ni haga falta pero en otros seguramente sí.
No sé, para mí lo que llaman whataboutism sólo tiene sentido ante una salida de tono, que paradójicamente suele ser el uso de la palabreja. What about whataboutism?