Carteles y pegatinas llenan semáforos y farolas en estos tiempos de crisis, aunque está prohibido. Por eso a Miguel, jubilado y con dos hijos a su cargo, anunciarse en Barcelona para sacarse un sobresueldo con el que subsistir le puede salir caro. Hasta navidad no supo que debía 1570000 euros por pegar carteles, además de otros 3000 en multas de tráfico. Asegura que nunca le llegaron las notificaciones, porque hubiera dejado de anunciarse, como le sucedió en Terrasa o Sant Cugat.
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Estos son los casos en los que una ley, para ser justa, tiene que hacer excepciones.