Hace 6 años | Por --368612-- a ara.cat
Publicado hace 6 años por --368612-- a ara.cat

En la mayoría de países latinoamericanos, una polla es una inofensiva apuesta hípica o deportiva mientras que en España es un vulgarismo obsceno. Pero en España también era el dinero que se apostaba en "el juego del hombre" en el siglo XVII (en aquel momento, el juego de cartas más popular) como uno puede descubrir si lee "El Quijote". Es de este juego que nacieron expresiones como "una polla como una olla" o "una polla corrida, triunfo en mesa". Todo esto lo explica el escritor peruano Iwasaki, asentado en Sevilla, en su último libro.

Comentarios

ﻞαʋιҽɾαẞ

Este escritor sí que era la polla.

fidelet

#1




Ni Hercules ni Rambo lo superan

D

"una polla corrida, triunfo en mesa"

Poyaque

Una noticia de pollas y primer comentario de@JavierB.
Así sí

ﻞαʋιҽɾαẞ

#3 Pues con ese nick, deberías haberte adelantado.

Fernando_x

¿nadie va a nombrar la canción del pollo frito? La cantante es de Venezuela y casi seguro que usa la palabra polla en "esa" acepción.

Guanarteme

De las poquísimas palabras que suenan mal en España, siendo inadmisible en muchos contextos, y en cambio en Latinoamérica es completamente inocua.

Normalmente es al revés, increíble la cantidad de palabras con significados sexuales que tienen los latinoamericanos y que en España son aptas hasta para decirlas en una catequesis (hueco, coger, maraca, agarrar, pico, venirse, huevo, potito...)

Yo alguna vez lo dije en Chile muy seriamente: "ustedes tienen la mente muy sucia". Y la coña era que se sonreían al escucharme eso.

D

#5 Te alburearon. A saber qué significado le dan a "mente" en Chile

D

Es de este juego que nacieron expresiones como "una polla como una olla" lol No me imaginaba que sería tan antigua. Yo aún hoy sigo escuchando esa expresión. Pero me da que morirá con la generación milenial. En mi generación al menos nos limitamos a destruir expresiones horteras de los 90 como las míticas: "la cagaste burlan caster" o "hasta luego lucas", para crear otras aún peores como "no me ralles", meter la coletilla "tio" cada dos palabras o ponerle en torno a un millón de nombres a la palabra "porro". Pero al menos no usabamos todos esos anglicismos de mierda tan de moda ahora como el "watefak", el "omaigod" y tantos más que me pierdo porque me hago viejuno.