El flujo de inmigrantes ha permitido suavizar el golpe, pero la tasa de fecundidad caía a mínimos históricos, las familias seguían encogiendo, la edad media de la población mantenía su escalada hasta aproximarse a los 50 años y el éxodo de ciudadanos al extranjero aumentaba un 36%, privando a la nación de jóvenes cualificados, algo que ya preocupa a su banco central. En la década pasada estaba motivado por la falta de empleo en Italia. "Hoy sí lo hay y, en cambio, la gente, en su mayoría jóvenes, va a buscarlo en otros lugares".