Los cadáveres en el depósito de París yacen, inmóviles, completamente desnudos salvo por unas pequeñas mortajas de cuero. Cada uno ha muerto por una causa distinta, y todos exhiben impúdicamente los motivos. Alguno ha sido apuñalado en el vientre. Otro se ha ahogado, está hinchado y su piel exhibe un obsceno color violeta. Otro ha sido aplastado por una pesada máquina en una de las fábricas de la ciudad francesa, cada vez más industrializada e implacable.
|
etiquetas: paris , morgue , xataka , turismo