Lola Rodrigo quiere compartir en el Diario "la frustración que sentimos los padres de niños de altas capacidades". Su segundo hijo a los 2 años empezó a decirles que no quería ir al colegio, y "el pediatra nos recomendó que le hicieramos unos test de inteligencia así que con 4 años descubrimos que tenía altas capacidades", relata.