Si has visitado el centro de Madrid estos días habrás vivido la experiencia asfixiante de estar atrapado en la multitud. La angustiosa sensación de no poder moverte con libertad, de no contar con el espacio necesario para caminar o incluso detenerte a mirar un escaparate, si así lo deseas. Tú lo has vivido durante unas horas, un instante en tu vida. Pero los animales criados en macrogranjas lo experimentan a diario, cada minuto de su vida hasta que son sacrificados.
|
etiquetas: vivir , ciudad , hábitos , piojos , hacinamiento , macrogranjas