Actualmente la cacería con lazos, cepos y todo tipo de trampas se considera caza furtiva y está penalizada por la ley. Pero hace poco más de medio siglo era una forma común de procurarse algo de alimento para complementar la precaria dieta de todos los días. Pascual Pardo, en la villa de Ayerbe (Huesca), me recordó en el año 2007 algunas de esas técnicas tradicionales de caza.
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