En Castilblanco de los Arroyos (Sevilla), Brígida López me mostró en el año 2001 cómo la manteca del cerdo junto a la canela, el limón y la matalahúva para la masa, en las dos especialidades: con el cabello de ángel denominado cidra, o los chicharrones, que daban a las tortas un gusto especial. Se preparaban en casa y se horneaban en la panadería, a la que se llevaban en "latas". Con ella compartí esos curiosos y ricos conocimientos culinarios. Monesma documentales
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