"Me gustaría que hubiera más tascas de comida popular y menos cosas americanas. Me gustaría ir un día a China y que China fuera China, fascinante. Y que Madrid fuera Madrid, fascinante. Pero estás en Madrid o en Pekín y hay las mismas marcas, las mismas autovías con los mismos puentes de cemento iguales clavados. Sí, globalización. Pues no. Hace cinco minutos, hace 300 años, el mundo era diverso, era sorprendente. Ahora es aburrido. Puede llegar a ser aburrido", ha afeado.