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“No me hagas sentir mal por las cosas que me gustan”: por qué seguimos penalizando el entusiasmo femenino
La cultura ha convertido la intensidad femenina en un estigma. Desde el Romanticismo hasta la era de las redes, el entusiasmo de las mujeres ha sido leído como exceso. Pero quizá la pregunta no sea si ellas son demasiado, sino si el canon que las mide sigue siendo demasiado estrecho.
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