Estaba loco por ella. Pero para la soprano sueca Jenny Lind, Hans Christian Andersen era solo un gran amigo, como un hermano. Desesperado, por las noches el escritor danés dibujaba y recortaba vestidos para ella, para vestirla a su gusto en su imaginación. Triunfó como cuentista, pero fracasó en el amor, y esas heridas se colaron en sus relatos, donde a menudo las mujeres son pérfidas o tontas.
|
etiquetas: hans christian andersen , literatura , cuentos , desamor