La razón para celebrar es porque el Corán se nombra a sí mismo como la última guía de la humanidad para distinguir el bien del mal. De alguna manera está claro que los simples mortales no podríamos distinguir el bien del mal sin un manual de instrucciones de inspiración divina, así que se celebra que tengamos esta guía infalible para navegar por las traicioneras aguas de la ética. Al fin y al cabo, ¿quién necesita pensamiento crítico o debate filosófico cuando todo se puede resolver memorizando versículos?...
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