Desde acariciarles a darles de comer, pasando por diversidad de juegos y actividades lúdicas para apoyar habilidades tales como la memoria a corto, medio y largo plazo, la motricidad final y gruesa, el equilibrio, la coordinación óculo manual o, simplemente, evocar emociones. "Es increíble comprobar cómo, al ver a los perritos, una persona con alzhéimer puede recordar cómo se llamaba su mascota de la infancia o la que hoy en día tienen sus hijos en casa. Conseguir sacarles una sola sonrisa ya merece la pena", resume el director del centro
|
etiquetas: terapias , perros