Tim Caro y su equipo de investigadores de la Universidad Davis de California aseguran haber tomado en cuenta la ubicación geográfica de cebras, caballos y asnos, en relación al tipo de rayas y grosor de estas, cuando estaban presente. A continuación lo compararon zonas geográficas con diferentes tipos de temperatura, depredadores y mosquitos o plagas. El resultado fue una mayor presencia de rayado en zonas donde la plaga está más presente  
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