1957, Plainfield, Wisconsin, un pequeño pueblo de 800 habitantes. Pero pequeño no significa tranquilo. 3 años antes había desaparecido la dueña de un bar y ese mismo año acababa de desaparecer la dueña de la única ferretería del pueblo. En ese pueblo uno ni siquiera después de muerto podía estar tranquilo. En los últimos años el cementerio local había sido profanado incontables veces. El 16 de noviembre, la policía fue a investigar al ermitaño del pueblo, un hombre que tenía fama de usar calaveras como decoración (...)
|
etiquetas: ed gein , carnicero , plainfield