Se habla mucho de volar menos, conducir eléctrico o consumir menos. Importa. Pero los sistemas alimentarios concentran más de un tercio. La University of British Columbia propone algo más realista: comer lo suficiente, no más, y repensar qué hay en el plato sin dramatismos. Alrededor del 44 % de la población mundial tendría que cambiar su dieta hoy mismo. En Canadá, la cifra se acerca al 90 %. Y hay un matiz clave: el análisis se apoya en datos de 2012, antes de que crecieran población y emisiones. Es decir, un suelo prudente, no un techo.