Una persona se considera en riesgo de suicidio si:
· Acaba de perder su casa.
· Acaba de perder su relación de pareja.
· Acaba de perder a sus hijos.
· Acaba de perder la mitad de sus ingresos.
Pero si todos esos factores se dan juntos y esa persona es un hombre, se produce un extraño fenómeno: este hombre será dejado de lado tanto desde el tradicionalismo más conservador, como desde el feminismo más progresista. Una gente le dirá «sé un hombre» (y no te quejes), mientras que otra gente le dirá «eres un privilegiado» (y no te quejes). Pero el resultado es el mismo, y consiste en decirle «Cállate. No expongas tus problemas».
Comentarios
Por suerte, el grueso de gente que está entre ambas partes y no recibe cobertura mediática está para reconocer las verdaderas injusticias sociales, porque no hay lobby al no ser noticia sino normalidad. Se puede contar con la gente del montón, de esa que no compra prensa en el kiosco, no tiene un audímetro en casa, ni boicotea una manifestación contra los chascarrillos cotidianos de Jorge Cremades. Bienvenidas sean las quejas que provengan de lo normalizado, serán bien acogidas en el bloque heterogéneo de la sociedad.
#1 Yo soy una persona que siempre se guardó mucho las cosas dentro, y hay que reconocer que contarlas, hablarlas con alguien siempre ayuda y desahoga. El mensaje hacía los hombres de "se fuerte" siempre ha hecho mucho daño, y es un foco para llevarte a un punto sin retorno. Nunca he tenido problemas tan graves como lo que se exponen aquí, pero siempre hay cosa que te fastidian, te deprimen y más cuando eres una persona más o menos inestable emocionalmente.
Uno de los grandes pasos para evitar el hundimiento es tener a gente alrededor con la que desahogarte, poder quedar tomarte un café y hablar.. soltar la mierda, la bilis o lo que toque, y aunque eso no soluciona los problemas, y la vida seguirá siendo igual de mala que antes, el soltarlo todo es una bendición.