Mis aforismos de andar por casa

Os dejo a continuación algunos aforismos que he escrito personalmente. Se agradecen comentarios y/o críticas:

I

Piensa por un segundo en la inmensa eternidad anterior a tu nacimiento. Imagina ahora el tiempo infinito que excederá tu cercana muerte…¡son la misma cosa! La existencia es una estancia tan breve e intrascendente que apenas merece ser tenida en cuenta.

II

Energía: qué bonito eufemismo científico. ¿Qué es la energía a parte de una palabra? La energía debe conservarse dicen, pero no saben qué es eso que se conserva, y mucho menos por qué lo hace. Y se convierte en materia, por supuesto, pero; ¿qué es la materia sino otra palabreja disfrazada de objeto? 

III

Ya lo adelantó Jorge Manrique hace cinco siglos: "Nuestras vidas son los ríos \ que van a dar en la mar,\ que es el morir:\ allí van los señoríos,\ derechos a se acabar\ y consumir;\ allí los ríos caudales,\ allí los otros medianos\ y más chicos;\ y llegados, son iguales\ los que viven por sus manos\ y los ricos.". El destino de todo hombre ya nace escrito; vamos todos juntos a la deriva en un mar de lágrimas. Al final del camino nos espera la desembocadura que constituye la nada.

IV

Mira detenidamente tu cuerpo. Mira tus brazos y tus piernas; tu nariz y tus ojos, siente el latido de tu corazón y observa cómo bombea la sangre por tus venas: ¿sabes qué es todo eso que estás contemplando? Una insignificante máquina.

  V

¿Cómo es posible que no nos afecte la idea de ir a dormir, y sin embargo nos aterre el hecho de morir? Ambos actos son la misma cosa: el cese de la consciencia. La única diferencia es el tiempo que dura el reposo.

 VI

Doctrina cristiana: "Dios lanza a sus hijos a un mundo inhóspito para poder observar y juzgar cómo se desenvuelven ante la desesperanza y el dolor. Al mismo tiempo, somete dicha creación a una veneración diaria, y los obliga a suplicar por una milagrosa actuación que les libere en parte del sufrimiento que Él mismo les provoca.". La biblia es el relato sádico más famoso de la historia.

VII

Imagina que de algún modo llegas a saber con seguridad que hoy será el día de tu muerte: aterrador, ¿verdad? La ansiedad y la angustia te paralizarían, y la pesadumbre sería demoledora. Imagina ahora que tu defunción será por contra el año que viene: te sentirías un poco mejor, sin duda. Es un hecho que el hombre puede sobrellevar el fatal destino de la muerte gracias a un sesgo cognitivo que hace tender al infinito la supuesta hora de nuestra expiración: es el heurístico del optimismo evolutivo en su máxima expresión.