Todos sabemos que aquí no se viene a hablar en serio, sino a soltar el propio programa, desahogarse o, en el mejor de los casos, pasar un rato divertido opinando por aproximación. Con eso de que ahora todos somos gramscianos y buscamos al hegemonía, anteponiendo el relato a cualquier otra realidad, nos encontramos a veces con cosas graciosas. O que lo serían si no se estuviera ya hablando de crear una especie de Ministerio de la Verdad donde el que gobierna decide ser el único informante y decidir, también por su cuenta, quién miente y …