Ayer la convocó con urgencia y sin premeditación. Cuando llegó a oídos de los periodistas que Inés Arrimadas quería comparecer de forma repentina, todos se imaginaron lo que era, en un principio, evidente. Inés se subió al atril con rostro serio, lo agarró con fuerza y cuando se dispuso a hablar, todos en Ciudadanos contuvieron el aliento. “Va a dimitir”, decían los mensajes de Whatsapp de los integrantes del partido. Por supuesto, quienes lo decían no eran cercanos a la presidenta de la formación, dado que al minuto de empezar a hablar en esa comparecencia express del pasado lunes, todos entendieron lo que pasaba.