Supongo que ya hemos perdido todos la suficiente inocencia para no tener que decir que lo que he aprendido este año no es la necesidad de solidaridad, la unidad de la sociedad... Eso se lo dejo a la publicidad, pero si hay algún publicista leyendo, gracias,por hacerme reír durante la pandemia, es de agradecer.
Pero no estoy de acuerdo tampoco con las personas que, tras criticar estos mensajes tan artificiales terminan con un "no hemos aprendido nada". Yo sí que he aprendido cosas, que aunque descubrirlas ha sido desagradable, puede que sean de ayuda, (según cómo me lo tome).
Tenía planeado escribir esto, así que tenía unas notas en el movíl, intentando recoger las distintas "lecciones" a enseñar a mí mismo,las que pondría aquí, en Menéame. Pero afortunadamente, me dí cuenta de que se pueden simplificar en solo una. ( lo de afortunadamente es porque facilita mucho las cosas)
No quiero ser dueño de la verdad, pero es lo que ahora mismo está en mi mente: esta "cosa" que sintetiza todo es que, al revés de lo que pensaba hasta el año pasado, en general las personas tenemos poquísimo control sobre lo que pensamos.
Desde lo que es más global, hasta lo más personal, aquí van los ejemplos:
No se puede evitar decir "el otro día" cuando aquello pasó hace dos meses.
Aunque se sabe que no va a haber problemas de abastecimiento, no se puede evitar que la gente compre papel higiénico a mansalva durante una pandemia.
Incluso aunque antes fuera solidario, no se puede evitar que en una persona que haya logrado enriquecerse, predomine el lado egoísta.
Primo hermano de lo anterior, aunque antes fuera honrado, no se puede evitar que un político se corrompa con el poder.
Obvio, pero pondré este ejemplo también para señalar que se trata de la misma naturalidad: aún sabiendo que le perjudica, no se puede evitar que un drogodependiente necesite evadirse. Su cerebro lo necesita.
...aún sabiendo que las personas pueden entenderse hablando, no se puede evitar esa parte que se tiene, que te dice que te pilles ese mosqueo...tan consecuente.
...por mucho buenismo universal con el que se colorea la atracción y aunque lo que se busque sea algo más que esto, el PRIMER impulso lo sentirás siempre ( sé que no se puede generalizar, pero hablo de la gran mayoría, en la que ME INCLUYO) por es@ chic@ que tiene mejor físico y mejor posición social, si no, pues no. El amor sin reglas, incondicional, es para la películas...creo que ni allí.
...por lo mismo, aún habiendo buscado ya en Google lo que es "sugestión", no puedes evitar enamorarte de es@ chic@ y darle un significado trascendental a esa experiencia.
Más cositas:
... somos amigos para siempre pero no se puede evitar poner ese límite que el interés propio impone a la amistad.
...no podemos evitar que, por muy consciente que seamos de esto, sintamos prisa y ansiedad al leer un libro, y prefiramos una pantalla.
...no se puede evitar, aunque seamos conscientes que variar enriquece, que descartemos rápidamente esa canción que ese amigo nos ha propuesto, tras darle al play. No podemos evitar la búsqueda de la comodidad.
Estos ejemplos son generales, no todo el planeta tiene la misma sensibilidad e inquietudes, pero estemos de acuerdo que sería muy engañoso si no se menciona que he hablado del 99,99% de la población. Por cierto, se me olvidaba: tampoco se puede evitar que la gente saque porcentajes de debajo de la manga y las infle en función de lo que le interese.
Dicen que me gustan mucho los juegos de mesa, creo que es verdad, así que qué suerte la mía: ya me dí cuenta de que la política es un juego, después, que la sociedad lo es también, luego, que la amistad también tiene límites. A continuación cayó la universidad. Y el amor, que tenía por buque insignia de la armada de lo genuino, no aguantó el bombardeo.
Sin decir esto en un tono de autocompadecencia, como sí fué en el artículo anterior (si se puede llamar artículo) se trata de señalar que casi todas nuestras relaciones son relativas, y que ese "casi" es más pequeño de lo que pensaba.
¡Os deseo feliz año a todos! ....relativamente.
Sin poseer la verdad,pero...
Atentamente.
Un tío que dice lo que piensa.