Hace 3 años | Por V.V.V.
Publicado hace 3 años por V.V.V.

Comentarios

D

Menuda mierda importada de EEUU es la «cultura de cancelación» no es más que la secularización de la falsa moral puritana.

A ver que os parece esta interpretación de este fenómeno desde un punto de vista ateo: un lobby privado coacciona psicológicamente al capitalista dueño del teatro "Trololol" para que despedir a un trabajador por moral sucia y atentar contra los sentimientos de la santa Iglesia.

Feindesland

#3 Son inquisidores en minifalda.
Eso son.

D

#4 La inquisición por lo menos te ponía un abogao de gratis. No te digo ná y te digo tó ...

Feindesland

O sea y en resumen, que mola mandar callar a los demás. Porque antes había cuatro hijos de puta, y ahora nos dejan ser hijos de puta a todos.



Que cosa más patética. Qué cosa más miserable.

V.V.V.

#1 Nunca he dicho que me guste la cultura de la cancelación, simplemente digo que no es algo nuevo, que es la conclusión a la que llego.

Me hace gracia ver que tu comprensión lectora está a la altura de tu expresión escrita, como es lógico por otra parte.

#FreeAssange

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Vaya cantidad de tonterías para justificar que te mola estar entre la turba de las antorchas

ElTioPaco

Creo que en estos últimos tiempos se ha malinterpretado mucho el término "libertad de expresión"

La libertad de expresión no es decir la burrada que quieras, cuando quieras y esperar que no genere repercusiones.

Eso no ocurre ahora, y como bien dices, tampoco ocurría antes.

La libertad de expresión lo que dice es que tienes derecho a verter tu opinión sobre lo que sea y quién sea, garantizando que la ley la protegera.

Incluso diciendo esto, la gente lo malinterpreta.

Porque no significa que la policía no te va a detener por decir lo que quieras, significa y es importante, que no te va a detener por dar tu opinión.

Si llamas a alguien narcotraficante, o violador, vas a tener que demostrar tu acusación.

Si dices, que dadas las pruebas actuales, CREES (opinión) que esa persona podría ser (condicional) un narcotraficante, o un violador, descubrirás que la libertad de expresión no está tan dañada cómo podríamos creer de primera mano.

El problema es que vende más tanto en prensa como redes, afirmar, que opinar.