En un estudio, los expertos han analizado la concentración de ácidos grasos e sangre de un grupo de 180 personas. Se dividió a los participantes en tres subgrupos y a uno de ellos se le pidió que consumiese durante un mes más de tres raciones diarias de leche entera, a otro se le restringió totalmente la leche y el tercero se utilizó de control. Al hacer los análisis de sangre, los resultados no mostraron diferencias significativas entre los tres grupos.