"Ni puta idea". Su respuesta tiene algo hipnótico. No hay cinismo ni enfado, solo la serenidad de quien ha dejado de fingir interés por lo incomprensible. En tiempos de discursos eternos, informes técnicos y planes que nadie entiende, ese “ni puta idea” suena a libertad. Es la forma más española de decir “me da igual, pero gracias por preguntar”.
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Este señor tenía que ser una especie protegida.
"En griego antiguo, "idiotes" (ἰδιώτης) significaba una persona privada o particular, que se centraba en sus asuntos personales en lugar de participar en la vida pública o la política. No era un insulto en sus orígenes, sino una descripción de alguien que no se involucraba en los asuntos comunitarios. "