A pesar de toda la gigantesca manipulación informativa, cada vez más gente está convencida de que los auténticos enemigos del pueblo son sus gobiernos, la Comisión Europea, la OTAN y, por encima de ellos, la oligarquía que mueve los hilos detrás del escenario. A pesar de toda la propaganda de guerra, las calles de las capitales europeas empiezan a llenarse de multitudes que gritan “queremos hospitales, no gastos militares”, “casa, si, armas, no”, “más pensiones y menos cañones” o cuando empiezan a comparar el discurso oficial de que “los rusos