En el otoño de 2024, Luka Krizanac, un joven suizo de 28 años, se despertó en una cama de hospital en Pensilvania, Estados Unidos, después una compleja operación en sus manos. "Mira mis manos, mira que hermosas son", cuenta que dijo al recuperar la conciencia, según le relató más tarde su enfermera. "Puede parecer superficial porque usamos (esa palabra) para describir cosas estéticas pero, para mí, engloba un sentimiento de plenitud", asegura Luka. "Fue un momento tan lleno de alegría, que es difícil compararlo con cualquier otra cosa.
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Tenía que ponerlo, no me matéis.
"Eventualmente él y su madre viajaron a Estados Unidos a fin de aumentar sus posibilidades de acceder a esta cirugía."