Parece que ahora se lleva mucho eso de calcular en qué regiones y provincias serían sostenibles las pensiones y en cuales no. Pero todo se basa en falacias, mentiras, desconocimientos y simples vaguedades. De hecho, el cálculo real sería tan complejo que por eso se evita romper la caja única de las pensiones.
Veamos los hechos.
Nuestro sistema es de reparto, no de capitalización. Pero el hecho de cotizar genera el derecho de recibir pensión, en la forma y cuantía que se determine según lo cotizado. Por tanto, la cotización es el acto generador del derecho a la pensión. Es obvio, pero hay que decirlo.
Cuando un soriano se va a trabajar a Madrid, cotiza en Madrid. Madrid contabiliza eso como un ingreso. Pero no contabiliza la obligación de pagarle que genera, como si fuese Alemania. Porque Alemania si la contabiliza. Contabilizar esas obligaciones da mucho miedo, porque en puridad son deuda, pero nadie quiere verlo.
Cuando ese señor se retira y vuelve a Soria, a disfrutar de la jubilación, decimos que Soria es deficitaria, porque paga más pensiones de las que ingresa, pero es una falsedad, porque la obligación de pagarle a este paisano no es de Soria, sino de Madrid, que fue donde cotizó. Alemania lo entiende muy bien y paga sus pensiones a nuestros emigrantes retornados, pero los periodistas de Madrid nos cuentan esa clase de mierdas para hacernos creer que les debemos algo.
Deficitarias son las provincias que, si se rompiese la caja única, tienen mayores obligaciones adquiridas que derechos. Los amantes de la mentalidad fragmentaria deben recordar que Madrid, o Bilbao, tendrían que pagar las pensiones correspondientes a los que allí cotizaron como lo hace cualquier país de bien. No a los que allí viven, porque el derecho a recibir una pensión no depende del lugar del residencia. Y menos mal.
Quedarse los derechos y transmitir a otro las obligaciones, porque sí, no es contabilidad ni estadística. Es cara dura.