Suelo ir a un bar a echar el mus. Cuando lo abrieron eran tres o cuatro, pero ha ido cambiando de dueños. A uno que estaba en la barra le fue bien, vendió parte y se compró un cochazo, un 124 o así. Después de muchos años empezamos a entrar más y más viejos a echar la tarde entre vinos e historias.
Hace poco los socios, dos o tres pusieron a un nuevo encargao que pone papelotes delante de la tele, y sillas delante de la puerta para que andemos más y se trajeron nuevos camareros, que hacen lo que pueden. A mí el encargao no me va porque tiene bodega y siempre ha metido su vino como de tapadillo. Pero bueno, no soy jefe. Allá ellos.
Lo malo es que solía estar uno de los dueños, fuera de la barra, venga a chinchar a los parroquianos, que si eres un comunista, que no tienes alma, que si miserable, que si deberíais echar al bote, mal rollo. Sobre todo con uno, ¿que es el típico que habla alto y sabe de todo?
Bueno, pues hace dos días hubo movida. Alguno comentó que al otro dueño no sé quién le había visto por el puticlub. El dueño residente exigió silencio de malas maneras, empezó a insultar, que si había que hacer callar a todos. El encargao iba mesa por mesa callando a cualquiera que hablara de temas incluso parecidos, cosas que empezaban por P y así. Claro, de repente todo el mundo lo sabía aunque mandaran callar de malas formas. Hubo gente que se fue por ello y a otros los echaron los camareros "¡hasta la semana que viene no te quiero ver por aquí! ". Al de los insultos que andaba días un poco más revoltoso de la cuenta lo tuvo que sacar uno de los camareros para que le diera el aire, y se fue haciendo aspavientos. "Os vais a enteraaar" decía.
Pero lo peor es que llegó el otro de los dueños, el de los rumores y se puso a amenazar a los parroquianos con cosas como "tú no sabes quién soy yo", "estaba en el puti pero sólo porque ponen unos cubatas de putamadree", "a mí no me hablas así", "¡aquí si no te gusta el yagermaiser, puerta!", "el que me mire mal se va a la calle..." Muy chungo. Éste debe de tener otros negocios dicen, le invitan en el casino y así, a dar charlas, pero habla de besbrozadoras y maquinaria forestal, motosierras y así. No entiendo bien de eso.
Total, que el encargao se fue resoplando y decía "para lo que me pagan...". Uno de los parroquianos le decía "si ya te dije que tenía que haber comprado yo el baaaar" y el que habla alto "teníamos que hacer otro bar, bueno, hazlo tú pero yo me apunto".
El resto estábamos a la partida mirando de reojo y cuchicheando entre risas y algunos apuraban la bebida, mirando a la puerta.
Ayer el mismo camarero se llevó al segundo de los dueños, al de las amenazas, que debió de decirle al que habla alto "vas a ver tú, sí tú, que no te gusta el yager, que me he quedao con tu cara, tú no vuelves". El decía a todos agitando los brazos "eooo, si me echan estaré aquí, aquí o aquí".
El que echaron primero, el otro dueño, el de los insultos, debió de poner un papel de queja en la puerta, "que si los parroquianos esto y lo otro, que si no le dejaban hablar, que si dictadura parroquiana..."
El que lleva el bar dejó también una nota aclaratoria en el espejo diciendo que "trabajaba por que todo fuera bien, que hay que tener paciencia" pero hoy no ha aparecido a currar. Uf, igual no vuelve.
Sólo estamos los camareros y los parroquianos. Algunos preguntan "Pero qué pasó ayer? Había gritos y movidas... Se oía desde la calle" Hoy hay más gente que nunca.
El dueño de los rumores ha debido de volver diciendo "¡Aquí se hace lo que yo diga y punto!, ¡al que no le guste el yagermaister a la puta calle! ¡nueva norma!" Luego al marchar ha puesto otro cartel al lado del del otro dueño donde dice "Se busca encargao con cojones que haga lo que diga yo, y punto pelota!"
Los que quedamos en el bar estamos ojipláticos. Algunos nos hemos envalentonao y decimos que "el Yager pa su culo pirulo". Nos hemos puesto un vino y seguimos con el mus.