Artículos
424 meneos
12259 clics
Arturo Pérez-Reverte se declara fascista

Arturo Pérez-Reverte se declara fascista

El discurso de Meloni que comparte Reverte es abiertamente reaccionario.

Un tipo versado como él debería poder identificar todas y cada una de las palabras clave que no son otra cosa que pura propaganda (cristo)fascista. 

Occidente, civilización, Grecia, Roma, cristianismo, sacrificio, individuo, vida (sagrada), HERENCIA, ORGULLO, enemigo exterior, enemigo interior, IDENTIDAD, "(volver a) ser grandes otra vez"... 

Reverte especifica que no solo celebra la forma, celebra también el fondo: "palabras, tono y contenido".

El vídeo que comparte el académico de la lengua proviene (la casualidad) de la cuenta de Twitter del líder de Vox en Castilla y León, David Hierro. En dicha cuenta aparece el siguiente tuit fijado:

Es cierto que Abascal lo dijo antes que Meloni, que andan los fachas moscas con Reverte por despreciar a la sucursal fascista patria; pero la cuestión es que, antes de Abascal y de muchííísimos otros, ya lo dijo Mussolini:

"Roma es nuestro punto de partida y de referencia; es nuestro símbolo, o si se quiere, es nuestro Mito".

dle.rae.es/mito

El discurso de Meloni no es ni novedoso ni profundo como intenta hacernos creer Reverte.

Es la vieja retórica fascista "adaptada" a nuestro tiempo.

El mismo relato que se marca Meloni ha sido utilizado por Trump, Milei, la AfD y probablemente toda la extrema derecha occidental.

El mismo relato que antaño, solo que lo que era "comunismo" ahora lo llaman "izquierda radical". A la "conspiración judeo-masónica" ahora le dicen la "dictadura woke". Al antifascismo, "cultura de la cancelación"...

Reverte celebra una arenga cínica, victimista y fantasiosa que, además de ser la copia de una copia de una copia de..., está compuesta por todos los tópicos y tropos característicos del fascismo.

Un académico de la lengua como él no podría NO entender el significado de "occidente" en ese contexto (que, como afirma Meloni, nada tiene que ver con una cuestión geográfica). O el verdadero significado de "herencia" ("raza blanca"). O de "perdón" ("Hitler did nothing wrong").

Resultaría increíble que un escritor de fama internacional como don Arturo no fuera capaz de descifrar la retahíla de conceptos ultraexplotados por la extrema derecha internacional y los supremacistas blancos que recita Meloni. Que no pudiera encajarlos, asimilarlos, emparejarlos...

Imposible que el libro no le resulte conocido.

Ante tal cadena de imposibilidades improbabilidades podemos afirmar a ciencia cierta que el novelista novelero Pérez-Reverte se ha declarado fascista al haber loado un discurso que lo es abiertamente, y al enarbolar a una reconocida y orgullosa valedora de dicha ideología.

No sabemos si el "señor T" andará "rascando puertas", pero sí que los (neo)fascistas han tocado su timbre y que este no solo les ha invitado a pasar dentro, sino que anima a sus feligreses a que se dejen llevar por (viejos y genocidas) cantos de (una señora rubia) sirena.

Si no diera tanto asco el asunto y fuera tan descarado el apoyo, sería hasta gracioso.

Quitando el olor a incienso, gas y propaganda reaccionaria, el tuit de Reverte se reduce a esto:

 "Extrañas" parafilias que se gastan algunos... (Y no me refiero a Arévalo).

178 246 53 K 47
178 246 53 K 47
71 meneos
2359 clics

Por qué pagas impuestos

Y si no tengo coche ni carné, ¿por qué tengo que pagar impuestos para construir y arreglar calles o carreteras? Es un robo. Voy a todas partes andando o en Metro y sólo viajo en tren. En un sistema sin Estado cada uno pagaría únicamente por lo que necesita, eso es lo justo. Los que no conducimos no pagaríamos por algo que sólo usan los automovilistas. A mí no me hacen falta, no quiero usarlas ni pagarlas, pero el Estado ineficiente roba mi dinero para usarlo en algo innecesario para mí...

Hace poco, de terraceo con unos conocidos, acabamos derivando hacia el tema de los impuestos. Uno de los presentes, de ideas entre anarcocapitalistas y simplemente idiotas, aunque él se autodefine como "liberal", se mostraba rotundo contra su utilidad. Le dimos la típica y muy manida respuesta de: "gracias a los impuestos tú disfrutas de calles y carreteras", a lo que respondió lo citado en el párrafo anterior.

A un par de contertulios nos hizo gracia. No le gusto mucho, claro, pero es que era obvio que venía con el alegato aprendido. Y ese alegato también tiene una respuesta muy vieja y conocida: 

Aunque viajes en tren, a la estación vas en taxi o en uber con tus maletas, como haces siempre que vas cargado o con prisas. Además, donde no hay tren o metro tienes líneas de autobús disponibles. Podrás decir que ese uso esporádico no es imprescindible, y que si no hubiese vías públicas te las arreglarías de otra forma, pero lo cierto es que YA las estás disfrutando de forma directa. 

Además, cuando necesites una ambulancia urgente agradecerás mucho poder usar vías públicas hasta el hospital. Si de verdad no quieres usarlas te hará falta un helicóptero para llevarte rápidamente a uno con helipuerto. El coste, por supuesto, tendrías que pagarlo tú, no los impuestos de los demás.

No sólo eso: vas al supermercado andando, pero todos sus proveedores usan camiones o furgonetas. Si de verdad no aceptas el beneficio de las vías públicas tendrías que ir a un super que también se abastezca por helicóptero, o que tenga puerto de mar o algo parecido. Y ese coste repercutirá en los precios de los productos que compres, lógicamente.

  • Pues no, porque en un sistema sin Estado el supermercado y sus proveedores podrían unirse y construir sus propias carreteras privadas para abastecerse. 

Claro, pero ese gasto también acabarías pagándolo tú como cliente, como es obvio. Y se supone que el problema es que no quieres pagar carreteras porque tú no conduces, ¿no? 

Es más, los distribuidores que proveen al super también se abastecen por carretera en buena medida, por todo tipo de vías nacionales o internacionales. Empezando con el agricultor que recibe sus fertilizantes por camión. Al final es una red económica gigantesca que constantemente usa las vías públicas, desde los productores primarios hasta que los bienes llegan a ti. Si éstas no existiesen, ¿se abastecerían todo ellos con helicópteros? Quizá sí tendrían que construir sus propias vías privadas, que finalmente pagarían sus clientes.

Y ahora recuerda: sólo hemos hablado del supermercado, también está la zapatería, la tienda de ropa (y de cualquier otra cosa), los bares y restaurantes, el dentista, el hospital, sus ambulancias, todos los trabajadores que se desplazan... ¿Cuánto te costaría el fontanero, o los de Amazon, si tuviesen que ir a tu casa en helicóptero? 

Mejor nos olvidamos ya de los helicópteros, pero imagina a cada transportista, productor, distribuidor, mayorista y minorista de todos los productos que adquieres, construyendo y pagando las vías privadas que necesitan para sus suministros. Suena terriblemente ineficiente. Muchos se unirían, alquilarían sus trozos de vía y se organizarían de alguna forma, pero siempre habría alguno que tratase de abusar de su pequeño, aunque fundamental, tramo de vía. A fin de cuentas, cada propietario querría maximizar su beneficio. Para eso se invierte el capital. 

Insisto, todos los costes acabarían repercutiendo al cliente final. A todos nosotros. Tú, aunque no conduces, acabarías pagando tu parte de cada tramo de vía en cada uno de los bienes y servicios que consumes, al precio que cada uno de sus propietarios pudiese imponer. Y eso ni siquiera te daría derecho a usar las vías, tendrías que volver a pagar para hacerlo. Son privadas.

Pensándolo bien, sería mucho más eficiente tener a un único agente que se encargase de organizar la planificación, construcción y mantenimiento de la red viaria. Incluso podría gestionar el coste y su cobro entre todos, ya que todos, de una u otra forma, nos beneficiamos de ellas. Pero además nos daría el derecho a usarlas. Podrían llamarse vías... públicas, y al agente único podríamos llamarlo, no sé, por decir algo al azar, ¿Estado?

Seguro que no es un sistema perfecto, pero por algún motivo sorprendente es el único que ha funcionado en todos los países que han llegado a desarrollarse. El otro sistema es una fantasía, no existe ni un sólo país que lo haya implementado con éxito.

La conclusión, por supuesto, es obvia: lo que pagan tus impuestos no te beneficia sólo en lo que tú usas directamente, también te beneficia que toda la sociedad (ciudadanos y empresas, productores y consumidores...) disponga de esos servicios públicos. Y si puede usarlos toda la sociedad es porque son públicos. Son nuestros. De todos. Eso es lo más eficiente. Por eso es importante escoger gestores que sepan apreciar y cuidar lo público, no que lo desprecien.

Y una cosa más: lo dicho en este ejemplo puede aplicarse a infraestructuras, sanidad, educación, pensiones, seguridad o defensa, evidentemente, pero también podría aplicarse a la banca pública, o a energía o telecomunicaciones. Entre otras cosas...

40 31 0 K 39
40 31 0 K 39
13 meneos
264 clics
¿Sabes por qué a veces un producto te parece barato... aunque no lo sea tanto?

¿Sabes por qué a veces un producto te parece barato... aunque no lo sea tanto?

Eso se debe a una técnica de ventas muy común llamada “anclaje”.

Básicamente, consiste en ponerte un producto ridículamente caro justo al lado del que realmente quieren venderte. La idea es que, por comparación, el segundo parezca una ganga, aunque su precio sea totalmente normal.

Básicamente, tu cerebro necesita una referencia para saber si algo es caro o barato. Entonces, si te ponen delante un precio alto primero (el "ancla"), todo lo que venga después parecerá más barato.

Por ponerte un ejemplo, vas a una tienda a ver televisores y te encuentras esto:

  • TV MegaUltra 8K de 85": 3.000 €

Y a continuación:

  • TV Smart 4K de 55": 599 €

El de 599 € de repente te parece baratísimo. Pero si no hubieras visto el de 3.000 € antes, probablemente te parecería caro.

Muchas veces, ese producto carísimo ni siquiera lo quieren vender. Está ahí solo para que compres el “barato”.

Y ahora me dirás, "pero Fernando_x, esa técnica de venta es viejísima, claro que la conocía, yo no caigo en esos trucos" "voy a votarte irrelevante"

¡Espera! ¡No te apresures!

Estoy seguro de que no conocías esta otra variante.

En este otro caso el vendedor es un periodista que te quiere hacer creer un bulo. La noticia es tan falsa, que no te la vas a creer sin pruebas. Así que coloca junta a esta, otra noticia que es un bulo tan burdo e increíble, que en comparación la noticia original ahora empieza a parecer más creíble.

¿sabías que esto existía? Mira este ejemplo:

Tienes la noticia de que Pedro Sánchez se beneficiaba económicamente del negocio de burdeles de su suegro. Es claramente un bulo, ¿no es verdad? ¿No? ¿Seguro? Y si ahora pongo a su lado la "noticia" de que "Begoña Gómez es un transexual, un maromo con una tranca más grande que su marido" ¿queeeee?

Esta "noticia" es taaaaan burda que en comparación la primera empieza a ser más creíble.

Y la gente cae en este engaño. Lo tienes a diario en redes sociales. Viralizar a diario barbaridades absurdas que luego en comparación cuando sueltan la más moderada, que es la que realmente te quieren vender, en comparación parece creíble. Incluso para los que se creen tan listos que nunca caerían en la trampa del vendedor de televisiones.

13 0 0 K 38
13 0 0 K 38
« anterior1234

menéame