Un hombre que vive en Suiza ha compartido su historia de decepción con la empresa para la que se mantuvo leal durante 40 años. Lo acaban de despedir a sus 61 años de edad, lo que se traduce a que arriesga quedarse jubilado con penalizaciones, una pensión recortada, si no encuentra pronto otro trabajo. Él cuenta que informó a su empleador de su intención de aclarar la situación con un abogado y, gracias a eso, desde la empresa le ofrecieron una indemnización de seis meses, además del preaviso de cuatro meses.