"La tauromaquia padece tres grandes malentendidos. El primero, de tipo político, al percibirse la tauromaquia como algo conservador, de derechas, cuando en realidad es contracultura en estado puro, algo profundamente incómodo, incluso punk. El segundo equívoco es pensar que la tauromaquia no es medioambientalista. Y el tercero, considerar que la fiesta es un acto de crueldad contra el toro de lidia, cuando en realidad éste es amado y venerado por los aficionados a la fiesta".