En política el paso por el poder desgasta, a veces de forma pausada y a veces de forma acelerada. Para Friedrich Merz su acceso a la cancillería de Alemania ha sido una experiencia vertiginosa. En poco más de seis meses ha pasado de ser el líder del partido más votado a ser el político más impopular del país, al tiempo que su gestión es desaprobada por dos terceras partes de la población.