Aunque lo parezca, la “brecha de género” no es un concepto que las feministas y feministos de moqueta se hayan inventado en Españistán para “justificar” su sueldo público o su cargo en un chiringuito. Es un concepto real e internacional que separa los datos estadísticos por sexos para demostrar las desigualdades injustificadas entre hombres y mujeres. O sea, que las brechas de género sí que existen; pero en Laboro vamos a probar con datos oficiales que también las hay que perjudican a los hombres.